Es cierto, lo he podido comprobar, la gente que menos te lo esperas te abre la mente y te hace apreciar cosas que antes pasábamos por alto debido a esta sociedad determinada por el estrés y la velocidad. Miradas perdidas en los trenes, fijando su atención en ese artefacto llamado móvil nos muestra la impersonalidad de una conversación mantenida a base de tecleo.
Madre Naturaleza que tanto maltratamos sin que interponga querella a trámite, simplemente se retuerce a golpe de vientos huracanados, magma, temblores tal de escalofríos y sacudidas…
Madre Naturaleza, aparece, lava nuestras conciencias que falta nos hace.
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