lunes, 4 de marzo de 2013

A galope

Resulta que el caballo no había sido tan protagonista desde aquellas míticas películas del oeste americano, rodadas en gran medida en tierras almerienses dicho sea de paso. 
Pienso que no es más que otro modo de corrupción, otra manera de engañar al ciudadano de a pié donde ciertos profesionales de la industria alimentaria introducen carnes de inferior calidad que la indicada en la etiqueta y así se introducen en sus bolsillos unos cuartos fraudulentos.
Esta picaresca praxis no es genuina del siglo XXI, ni es de España en exclusiva, aunque aquí tengamos más corruptos por metro cuadrado que en algunos países de los que llamamos el primer mundo o mundo civilizado, pero eso es otro tema que trataré sin duda.
Supongo, si no es que no se explica, que algún responsable de la cadena habrá mirado para otro lado a la hora de permitir estos sucesos que en estos días están tan de moda con la carne de caballo, como observo en algún medio de comunicación todo va enfocado a que han habido sobres, sí... ¡sobres! ¡qué raro verdad!
Si hubieran medios suficientes y ganas de analizar todo lo comemos quizás nos llevaríamos más de una sorpresa. Probablemente nos encontremos ante un nuevo caso de "aceite de colza"pero con ladrones de guante blanco que han sabido camuflarlo durante mucho tiempo y ahora quizá interese destapar la trama por intereses económicos. Especulo.
La avaricia es un pecado capital; ojalá a algunos se les rompa el bolsillo por timar a tanta gente y sobre todo por hacer tanto daño a la estupenda carne, carne de caballo que tantas propiedades beneficiosas tiene.
El problema fundamental es que todos estos responsables saldrán impunes de esto, quizás lo hagan a caballo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario