"La agarras, sientes el frío en la palma de tu mano, agitas sin animos de ofender al oyente inquilino"
Sigilosa acudes a la cita con los nervios propios de tu primera vez. No sabes que puede pasar ni como actuará aquella persona que el viernes por la noche te dijo que había que repetir... sí, repetir pero en otras condiciones.
Inflas de valor tus venas y aferras la mano izquierda contra la puerta, tomas la aldaba, piensas y te das cuenta que ha llegado el momento; ¡zas! ¡zas! ¡zas! ya no hay marcha atrás...
Entras en un bucle sin pronta salida mientras que los nervios te recorren de principio a fin, sensaciones que no te dejará impune.
Entras en un bucle sin pronta salida mientras que los nervios te recorren de principio a fin, sensaciones que no te dejará impune.
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