Corría una tarde fría, de esas que le hacía no moverse del sofá de su aparatamento a las afueras de la ciudad, llovía, pero Mario hizo uso de un intervalo sin agua, se colocó aquel chubasquero que guardaba en el armario de la entrada y se fue a dar un paseo por el parque de al lado de casa. Dejó el movil en casa porque no quería que nada ni nadie interrumpiera la paz que le producía esos instantes, tan sólo cogió el Ipod donde tenía guardada su lista de canciones de amor en español favoritas. Sonaba "No Puedo Vivir Sin Ti" versionada por El Canto Del Loco" cuando escuchó:
-¡Hola Mario! -gritó una voz ronca.
Mario giró la cabeza varias veces hacia un lado y otro y no veía mas que al camarero del kiosko de bebidas, golosinas y helados que había en el parque, siguió andando y volvió a oir esa voz:
-¿No me has visto? ¡estoy aquí, en la ventanilla! -era él.
-¿Porqué sabrá mi nombre? -se preguntaba a sí mismo hablando entre dientes.
Mario levantó la mano en señal de saludo mientra exclamaba:
-¡Hola qué tal! -mientras seguía andando pensó qué porque no iba a preguntarle eso que le intrigaba tanto, así que se dió la vuelta y anduvo hasta que llegó a la ventanilla del kiosko:
-¿De qué me conoces chico? ¿Porqué sabes mi nombre? -a Mario empezó a sonarle la cara del tal forma que dedujo mientras hablaba que había coincidido con este chico en un viaje que hizo con sus amigos de Gandía por la Provenza y costa Azul de Francia, Simeón se llamaba.
Pasaron la tarde hablando y riendo mientras Simeón atendía a la poca gente que se acercaba a comprarle algo, estaba el cielo nuboso y no invitaba a salir a pasear. Recordaban anécdotas de aquel único viaje que el chico del kiosko había podido permitirse, pero a Mario le gustaba como recapitulaba los episodios, como los relataba, como los describía con la pasión de un viaje único e irrepetible para él.
...to be continue ;)
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